En plena ola de calor que azota a gran parte del país, UPTA España lanza una voz de alarma sobre la situación de los trabajadores por cuenta propia ante las condiciones climáticas. Más de 1,5 millones de autónomos, es decir, aproximadamente uno de cada tres, desarrollan su actividad al aire libre en entornos directamente expuestos a temperaturas altas. Es una realidad que lleva años sin abordarse: las personas trabajadoras autónomas que trabajan al aire libre o en locales sin climatización adecuada, lo hacen sin regulación, sin recursos y sin los mecanismos de protección pese a que su seguridad y salud están en riesgo.

Entre los sectores más afectados se encuentran la agricultura, la construcción, la hostelería en exterior, el reparto de mercancía, servicios técnicos en eventos y los comercios sin climatización, entre otros. En estos sectores, la actividad laboral suele implicar jornadas prolongadas bajo el sol, esfuerzo físico elevado y exposición continua al calor. La siniestralidad asociada a las altas temperaturas es una amenaza real. En las últimas semanas, estamos pudiendo ver cómo estas condiciones adversas ya se han cobrado la vida de varios trabajadores por cuenta ajena y por cuenta propia, lo que evidencia que los actuales mecanismos de prevención no están funcionando.

La situación para el colectivo autónomo es muy preocupante, ya que no existe un protocolo de prevención específico ni la posibilidad de interrumpir la actividad laboral sin perder ingresos. A esta vulnerabilidad se suma el hecho de que muchos profesionales trabajan solos, carecen de recursos de prevención, y no tienen la capacidad para invertir en mejoras estructurales que mejoren la climatización de sus lugares de trabajo.

UPTA España reclama al Gobierno una respuesta urgente y contundente ante esta situación. El colectivo autónomo no puede seguir enfrentando en soledad los efectos del cambio climático sin una prevención de riesgos adaptada a sus necesidades reales y sin un marco legal que lo respalde.

Eduardo Abad, presidente de UPTA, “estamos hablando que más de 1,5 millones de personas trabajadoras autónomas que están condenadas a elegir entre su integridad física o la ruina económica en las temporadas más calurosas del año. No podemos seguir aplazando una solución, es urgente aprobar una Ley de Prevención de Riesgos Laborales adaptada al trabajo autónomo, que contemple condiciones climáticas extremas como las que vivimos y dote a estos trabajadores de las herramientas mínimas para protegerse”.