La sociedad de tasación TINSA, es uno de los ejemplos más claro de abuso y precariedad con los profesionales autónomos que desarrollan su actividad. No llegan a percibir 9€ por hora de trabajo.

Los informes de tasación que se encargan a TINSA, ya sea de forma particular o por medio de una entidad bancaria, y que al cliente final le cuestan por encima de 300€, son subcontratados a profesionales autónomos, sin notificarles lo que van a percibir ni en el momento que se realizará, simplemente se les indica que será una cantidad, que puede llegar a 45€ por cada informe realizado.

Una tasación requiere en la práctica de media de unas 5 horas de trabajo, y la responsabilidad de un Arquitecto, Arquitecto Técnico o Ingeniero en cuanto a seguros, colegiación, vehículo, y demás gastos profesionales inherentes a la actividad.

La precariedad es de tal magnitud, que ni siquiera estos profesionales autónomos tienen estipulados los tiempos de descanso, vacaciones y horas de dedicación.

Los tasadores de TINSA no solo no han visto actualizadas sus retribuciones en 30 años, sino que, en la época de mayor crisis inmobiliaria, cuando la empresa fue comprada por un fondo de inversión, fueron advertidos de que sus honorarios se iban a rebajar un 25 %, y, además, cada cierto tiempo y de forma unilateral modifican las tarifas, siempre a la baja.

Muchos tasadores, aunque se trate de profesionales autónomos, trabajan en este campo especializado toda su carrera profesional, casi el 25% del total de los profesionales de este sector desarrollan su trabajo para TINSA.

Para el presidente de UPTA, “esta es la nueva vieja forma de precariedad, grandes empresas, fondos de inversión que solo piensan es en la cuenta de resultados y no en el reparto de la riqueza que se genera. Ni el Banco de España, ni las entidades de crédito deberían permitir semejante disparate, ya que es un enriquecimiento ilícito, injusto e injustificable. Además, El Colegio Profesional correspondiente mira hacia otro lado y permite que estos y otros atropellos se cometan sin ni siquiera inmutarse”.

Eduardo Abad, “desde UPTA comenzamos una nueva etapa en la defensa de los intereses de profesionales altamente cualificados, autónomos que malviven por no poder repercutir los precios de sus servicios dignamente mientras las empresas para las que los desarrollan baten récord de beneficios trimestre tras trimestre”.