Las reservas de navidad en Murcia caen más de un 20%
Las reuniones familiares y de amigos, así como las celebraciones de empresas, están disminuyendo por la amenaza del coronavirus y su nueva variante Ómicron. Nos referimos a la campaña navideña, que supone el 30% de los ingresos anuales de la pequeña y mediana hostelería.
Un estudio realizado por nuestra organización revela que el miedo al contagio del virus da al traste con las expectativas de la recuperación de la hostelería murciana.
Las tradicionales celebraciones de empresas que se realizan en días previos a la Navidad han sufrido cancelaciones de última hora, cayendo en más de un 20% debido al temor al coronavirus y a la falta de seguridad que se deriva de las decisiones tomadas por las administraciones públicas. Hay encuestas que reflejan que 2 de cada 10 empresas ya han cancelado sus celebraciones. Únicamente se están manteniendo las comidas navideñas de estructuras familiares cerradas y encuentros de ámbito muy reducido.
Para Eduardo Abad, presidente de UPTA España, «es incomprensible que a estas alturas no se haya establecido la aplicación obligatoria del pasaporte COVID para proteger la salud de los consumidores ante el incremento de los contagios».
Desde UPTA ya lo advertimos. Por parte de la administración pública de la comunidad autónoma de la región de Murcia y del Ministerio de Sanidad, deberían haberse tomado y puesto en marcha medidas que proporcionaran seguridad a los consumidores, y no la incertidumbre que está provocando la falta de decisiones claras y que supondrá un auténtico descalabro económico en un sector especialmente castigado por la pandemia.
Ante esta situación, UPTA ya está tratando con el Ministerio de Inclusión, la posibilidad de extender la prestación extraordinaria de cese de actividad para los afectados, por el incipiente crecimiento de contagios.
Según Abad, «siento gran frustración ante la falta de previsión en esta sexta ola de la COVID-19. Tenemos que poner en marcha todos los mecanismos de prevención de los contagios y de contención de las consecuencias económicas que se derivan, como hacen todos los países europeos. Por muy positivos que sean los datos de vacunación, aún sigue habiendo cientos de miles de personas inconscientes que anulan el esfuerzo realizado por otros ciudadanos, por lo que exigimos medias contundentes para aquellos que siguen negando la obligatoriedad de la vacunación».