No saco tiempo para montar la web”, “no sé qué productos poner”, “la que tenemos no funciona”, “no aparezco en Google”, o “no vendo” son algunas situaciones frecuentes de frustración en las pequeñas empresas que se han animado a dar el salto a Internet.
Detrás de no poco esfuerzo y dinero, hay mucha iniciativa que no aporta negocio, y algún que otro traspiés.
Y es que una estrategia digital no es sinónimo de encargar una web y sentarse a esperar que lleguen los usuarios; es imprescindible navegar y empaparse de cultura digital para conseguir ingresos.